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Qué ganas de apagar mis sentimientos
Qué ganas de desaparecer
¿Por qué cuando te pesa el alma, todo se vuelve en tu contra?
¿Acaso tratar de hacer las cosas bien, es un crimen?
"tú eres fuerte" es un mantra que no quisiera escuchar.
Hoy no soy fuerte, no puedo serlo. Hoy estoy sumida en el mar del dolor y no tengo forma de salir de él.
Hoy lo intento, pero simplemente no puedo.
Te apagas pero tienes que seguir marchando, no hay pausa, no hay rewind.
Estoy rota y no sé cuándo vuelva a no estarlo.
Y eso me asusta.
Me asusta y me duele.
Me pido disculpas por abandonarme.
Me pido disculpas por no respetar mis tiempos ni condiciones, por aceptar lo que no merezco, por tolerar la injusticia hacia mi ser, por callar ante acusaciones que me ofenden.
Me pido disculpas por no darme mi lugar y dejar que me usaran para alimentar sus egos.
Me pido disculpas por olvidar la promesa que me hice en medio de lágrimas, y escuchar palabras que distorsionan quien soy.
Sé que el camino de autoconocimiento y amor propio es complicado, con altos y bajos, pero me pido disculpas, una vez más, por no haber sido firme en tantas ocasiones durante todo este proceso, que ha terminado por derribarme.
Hoy me levanto y sigo, con las rodillas heridas y el corazón golpeado. Pero sigo. Porque si he de decir que alguien es persistente y no conoce lo que es rendirse, esa soy yo.
Me pido disculpas por dejarme a un lado, y me prometo que aunque sea complicado en un principio, este equipo de una, será puesto primero. Antes que todo y antes que todos.
No es egoísmo, es responsabilidad conmigo misma.
Y en el camino, aprender a disculparme y aprender a ser.
Difícil curar un corazón que se ha roto en mil pedazos y duele hasta el infinito...
Pasas la vida nadando contra la corriente de que todo a tu alrededor busque cambiarte, hasta que un día te das cuenta de que estás tan lejos, que al verlos y oírlos, parecen sacados de alguna fábula realmente ajena a tu vida.
Te das cuenta de que avanzas y ellos están muy atrás.
No hay nada más gratificante que ser tú misma.
Qué ganas de escaparme un rato de mí misma y así dejar de pensar en los sentimientos que llevan su nombre...
Hay cierta adicción que corroe
Hay cierta adicción que desespera
Hay cierta adicción que duele
La abstinencia de abrazos
La sombra de besos
La falta de ese calor
El eco de esas risas
Interminable la agonía diaria de imaginar esas noches, con las manos vacías y los brazos distendidos
¡Qué perverso e injusto puede ser el destino!
¡Cómo te hace jugar sin tener las herramientas disponibles!
Qué feo cuando la ansiedad y el resto de monstruos, se juntan y te golpean el autoestima hasta que sientes que ya no puedes más.
A veces siento que lo tengo bajo control, y es cuando miro hacia dentro y me estremezco al ver que no.
Me han dicho que siga, que avance y vuelva a reír con otras, que siempre habrá una piel que arderá bajo mis manos. Y tal vez, pero mi alma quiere latir a su lado. Mi ser sigue llamando a sus sonrisas.
Mi mundo es un desorden, no soy lo que siempre creí que sería a estas alturas, pero sin darme cuenta, mi mente planea y plantea mi camino, con ella a mi lado.
Tantas preguntas, y tan pocas respuestas. Tantas dudas, y tan pocas certezas...
¡Qué forma tan extraña de latir en este mundo!
¡Qué contradictorio sentir!
Cada día se siente como una batalla que tienes que enfrentar incluso cuando no tienes fuerzas.
Sales a la calle, intentas ir con tranquilidad pero sabes que cada paso es una lotería.
Desde pequeña te han seguido, y ahora te calculan la hora de partida, la ruta y la compañía.
Tienes enemigos solo por haber nacido.
Tienes enemigos que se disfrazan de amigos, solo porque existes.
Si sonríes, no es una sonrisa, es una invitación.
Si no sonríes, es un reto.
Te dicen Buen día para hacerte ver que te están anotando en una lista.
Haces tu trabajo, y lo ven como una oportunidad para acercarse a tí.
Cada día, es una batalla que debes enfrentar, un plan de emergencia que debes idear, una lotería que no te quieres ganar.
Caminas con una falsa calma, porque sabes que debes estar alerta para correr cuando puedas.
¿Y te escuchan?
Ni por suerte.
Es una batalla diaria que debes batallar sola... Solo por haber nacido siendo mujer.
Sus labios son como pétalos de rosas que acarician los míos cada vez que se rosan.
¿Cómo es que pasé de ser la que planeaba todo en solitario, a ser la que anhela planear todo con ella?
Y de sentir miedo, sí siento. Pero no puedo evitarlo.
Cerrar los ojos con la certeza de tu presencia.
La amo.
Y sé que me ama.
Y es una sensación tan hermosa...
Quiero mejorar y crecer a su lado.
El viento susurraba historias de temor que se quedaban atrapadas entre las tablas de la ventana de su habitación.
Como si fuera época de miedo, abrió los ojos a la oscuridad que goteaba frente a sí.
La luz amarillenta y estruendosa era la única compañía de sus latidos.
Sabía que no la vería.
Sabía que ella se había ido.
Pero aún así extendió la mano al viciado aire a su lado.
Otro estruendo y otro crujido en su pecho.
Volvió a cerrar los ojos y el rojo de la ausencia se acomodó tras sus párpados.
Un estruendo, un latido, un crujido.
Vacío.