Kpop Escenarios - Tumblr Posts

5 years ago

Diecinueve

Jaemin (demon au) x lectora

Smut

Sinceramente aún no entendías cómo es que el mundo le temía. Quizás fuera cierto que tenía las habilidades y rasgos de un demonio, pero también portaba el corazón de un humano. Jaemin hacía lo que podía para adaptarse a ese sentimiento que sentía por tí, pero estaba tan aterrado de que por su culpa algún día el mundo ya no te aceptará. Te consideraba demasiado buena como para ser real, tenía que tomarte de la mano para saber que no estaba soñando ni imaginando nada. Cada vez que lo veías a los ojos antes de besarlo se sentía humano.

Eran las siete de la noche cuando llegaron corriendo a su departamento para reguardarse de la lluvia, no quería que enfermaras, tu sistema inmune no era tan inmune después de todo. Jaemin vivía en un séptimo piso con vista muy bonita a la ciudad, y de noche desde esa altura, todo cobraba cierta magia a decir verdad.

Aún puede recordar claramente el día en que se conocieron, tampoco es como si hubiera pasado mucho tiempo, solo seis meses, pero tenerte así de cerca hacía que el tiempo se congelará y tomará forma amena. Aquel día había sido particularmente caótico, se suponía que tenía que ir a buscar a un tipo llamado Johnny quien lo ayudaría con su nueva condición, pero este tuvo un contratiempo de tres horas, solo le quedó entrar a la cafetería más cercana y esperar. Fue allí cuando después de esperar veinte minutos en la barra, te vio cruzar la puerta principal con un gatito gris entre tus brazos cálidos, una coincidencia que te sentaras a su lado y tu personalidad amigable le hiciera hablar, conseguir tu número, y desde allí un sin fin de salidas que supuestamente no eran citas pero que te hicieron verlo como nadie se tomo el tiempo de hacerlo.

El día hoy sería diferente a los demás, porque mientras más tiempo pasabas delante de Jaemin con la ropa mojada y pegada al cuerpo, más lejos se iban sus ganas de contenerse. Se habían besado innumerables veces antes, y aún así siempre se mantenía correcto, caballeroso. En ese instante quiso mandar todo a la mierda.

Sus labios tomaron los tuyos desprevenidos e iniciaron un lío de sonoras caricias desordenadas después. No podía evitarlo, tenía tanta sed de ti que sus manos se rehusaban a quedarse quietas, mucho más aún cuando estabas correspondiendo a su llamado lujurioso, entonces tomó las riendas para guiarte por primera vez a su habitación mientras en el camino se despojaba de tus prendas mojadas por la lluvia. Un éxtasis sin fin lo inundó cuando te sentaste sobre su pelvis iniciando un vaivén lento generando mariposas esquizofrénicas en su ansioso vientre. Con ambas manos, Jaemin sujetó tus aterciopelados muslos. Los dedos le cosquilleaban y su erección era cada vez más palpable, estaba seguro de que podías sentirlo. No podía parar de devorar tu cuello con besos hambrientos, seguro de que dejaría marcas después.

La camisa de Jaemin desapareció entre la oscuridad de su habitación en menos de un minuto, al igual que el resto de su ropa. Traviesos gruñidos necesitados escapaban de sus labios rosados mientras el cuerpo se le contorsionaba por el placer. Sus caderas marcaban un ritmo firme y profundo, los ojos entreabiertos contemplando el arte pornográfico que creaba tu anatomía vulnerable a merced, con tus piernas abrazando su cintura y tus manos recorriendo su espalda. La cama no paraba de sonar y se hacía más evidente su crujiente canción cuando más intensos eran los movimientos de ambos en el colchón.

Antes de pensar siquiera en acabar, se posicionó sobre su espalda para colocarte nuevamente sobre él así serías libre de hacer tu voluntad. De repente sus gruñidos bajos pasaron a ser jadeos profundos y finalmente en pequeños gemidos ahogados cuando más apretada sentía tu intimidad palpitante. Subía tan alto y no quería bajar, incluso después de que te hizo llegar al cielo, algo dentro de él le gritó necesitado que continuará, así que tomando otra vez el control logró hacerte llegar por segunda vez al glorioso orgasmo. Jaemin se corrió tan fuerte que su miembro seguía tartamudeando dentro de tí.

Minutos más tarde, con el cabello hecho un desastre y los ojos negros en su totalidad, Jaemin sonrió satisfacho a tu dirección recuperando el aliento. Se veía radiante e irónicamente angelical. No importaba todo lo que dijeran los demás sobre los demonios, Jaemin era la vivida prueba de que no todos sucumbian a los malos deseos, o para empezar, no todos eran malos.

Diecinueve

Tags :