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Gracias Por Vivir _C2_
Gracias por vivir _C2_
Anime: X-1999
Rating: M
Pareja: Sorata & Arashi
Sinopsis: Arashi quería decirle aquellas palabras que tenía bien grabadas en su mente y en su corazón; que estaba agradecida con él, por estar aquí, vivo... es lo que en verdad la hacía feliz.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 2 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Cuidadosamente le cambiaba los vendajes que a su masculino cuerpo cubrían.
Aparentemente indiferente, callada y más seria que de costumbre, no quiso cruzar palabra con él desde que regresó con ellos; estaba molesta y no era para menos. Sufrió tanto al verlo malherido, sangrando sin parar, ni siquiera quería recordar lo que pasó, le dolía tanto... ¡ lo amaba !.
Sí, esa extraña frase que se formó en su mente no era más que la verdad, amaba a Sorata y comprendía su impulso de querer protegerla.
* Por eso, no quiero que vuelva a hacerlo. *
Aun estaba latente la posibilidad de que las predicciones del anciano de Kouya se hiciesen realidad.
La sacerdotisa no quería que ese hombre muriera, no quería perderlo. Así que apenas se curasen por completo sus heridas, regresaría a Ise, estaba decidida a desaparecer de su vida para siempre... Sorata no volvería a saber de ella.
Con éste propósito bien claro, Kishu se disponía a abandonar la habitación de su compañero, más el firme agarre de la mano de Arisugawa no se lo permitió.
* ¿Por qué no dices nada, Arashi?... ¿por qué tus hermosos ojos no me miran?. *
La mujer de largos cabellos se detuvo en seco.
Sin darle la cara, quiso disfrazar sus verdaderas intenciones... pero no pudo. Justo cuando iba a decirle algo, sintió como los fuertes y cariñosos brazos del Dragón rodearon su cintura, inmovilizándola por completo. Sorata se posó detrás de ella, acercando sus labios al oído de la chica, susurrándole lo mucho que le dolía su silencio, su indiferencia.
Esto era demasiado para la sacerdotisa. Sentir el cálido aliento del muchacho cerca de su oído, sus brazos al rededor de su cintura sin aparente intención de dejarla libre, la cercanía de su musculoso cuerpo y su aroma impregnándose en ella... todo eso le estaba causando graves estragos.
Quiso resistir las emociones que en ese momento la embargaban, pero no pudo.
Las lágrimas se deslizaron silenciosas por sus mejillas mientras su figura temblaba ligeramente.
* ¡ Arashi !. *
El amo del trueno la hizo girarse con suavidad; verla llorar le destrozó el alma.
La abrazó con fuerza, acercándola a su cuerpo. Lo que menos quería en el mundo era verla llorar.
* Dime, Arashi, ¿qué debo hacer para que no derrames una sola lagrima más?, qué?!!. *
* So... solamente... no lo vuelvas a hacer... solo eso. *
El rostro de Sorata se notaba sorprendido, más no fueron las palabras de la joven la causa, sino las manos de ésta que cariñosamente acariciaban su rostro.
El Dragón se perdió en los hermosos ojos violeta de la mujer, esos ojos que tanto amaba... los mismos que se acercaban cada vez más a él.
Arisugawa se desconcertó al sentir como la chica se atrevía a unir sus labios con los propios. Estaba paralizado, sorprendido, pero totalmente entregado a tan hermosa sensación.
Con la lengua, se aventuró a penetrar la boca de su amada, estrechando con todas sus fuerzas la frágil y delicada silueta de Arashi... su Arashi.
El beso terminó, más pronto varios más le siguieron a éste; los labios de cada uno se unían con mayor pasión, con ansiedad y lujuria, con excitación, pero sobre todo... con amor.
* Te amo, te amo, Arashi... ¡ de verdad te amo !. *
Ella, atenta escuchaba aquellas dulces palabras mientras se dejaba llevar por ellas, recorriendo el musculoso pecho de su eterno protector.
Pronto, las ropas fueron cayendo una a una, hasta que la primera en verse desnuda por completo fue la sacerdotisa.
* So-Sorata... *
Le habló nerviosa, avergonzada. Sentirse expuesta de esa forma le resultaba incómodo.
Los ojos del Dragón se habían clavado en la silueta femenina, esa figura tan perfecta, tan frágil y tan importante para él. El chico se atrevió a deslizar sus manos por las finas curvas de aquel cuerpo; suave y lentamente, como si temiese lastimarla, apenas y podía rozar la delicada piel de Arashi quien solo se dejaba hacer.
Las tiernas caricias de Sorata no solo la habían relajado, sino que también derrumbaron cualquier duda que ella aun pudiese tener.
* Arashi... ya no puedo esperar más... *
Sonrojada, tanto por sus palabras como por las ansiosas caricias y los apasionados besos, la joven de Ise se abrazó de su protector, sintiendo todo el calor humano que había para ella, sintiendo también el apresurado latir del corazón de Arisugawa, un corazón lleno de amor... un amor que era solo para ella, para Arashi Kishu.
Sorata podía percibir el aroma natural de la piel de su amada, un aroma que lo envolvía suavemente, volviéndolo loco de amor y deseo. Desesperado, el muchacho se despojó de toda la ropa que aun cubría su perfecto cuerpo varonil, sus pantalones y cualquier otra cosa que pudiera estorbarle; estaba ansioso por sentir el contacto piel con piel.
Y así, abrazados, nada separaba la piel desnuda de los amantes, nada.
Ahora nada impediría que el señor del trueno pudiera amarla sin descanso, saborear sus labios hasta memorizarse el sabor de su dulce boca, tenerla solo para él.
Ella, sin decirle una sola palabra, sin darle tiempo a su compañero, llevó las manos de éste hasta sus pechos, permitiéndole tocarla de esa manera, que la disfrutara y la hiciera disfrutar.
Al tacto, Sorata perdió la compostura, se olvidó de todo y se dejó llevar.
* Arashi, ¡ mi amada Arashi !. *
Las palabras volaron por el aire, mientras el Dragón besaba a la mujer por la que arriesgó y arriesgaría la vida.
Posándose detrás de ella, el chico la guio caminando hasta la cama, donde podrían disfrutar de ésta nueva experiencia, del amor y el deseo que sentían por el otro.
El joven Dragón no esperó un solo instante, con sus labios, se aventuró a recorrer el cuello de la sacerdotisa, escuchando satisfecho los gemidos que ella inútilmente trataba de encerrar en su boca.
Sorata deslizó sus apasionados labios hasta los suaves senos de Arashi, besándolos, aprisionando los pequeños pezones y succionándolos a su entero gusto.
Así, la blanca y tibia piel de Arashi fue presa de los escalofríos que la lengua de su amante le hacia sentir; su piel se erizaba con cada roce de sus labios y sus pezones se endurecían bajo el tacto explorador de la traviesa lengua del muchacho.
Era enloquecedor sentir los labios de Sorata aprisionando sus senos, pero la ansiedad y la desesperación golpearon su corazón cuando la mano intrusa de su acompañante se aventuró a recorrer su sexo.
* So-Sorata, espera... *
Pero parecía que el chico no iba a complacerla esta vez.
¿Esperar?, ¡ NO !. No podía esperar más, sabrá dios cuando llegue su muerte, por eso se entregará a ella por completo, esperando que Arashi se entregue a él con la misma intensidad.
Tan lento y ansioso a la vez, los dedos del muchacho se deslizaban frotando el clítoris de la chica, que ya olvidada por completo del pudor y la vergüenza, suspiraba entrecortadamente. Las sensaciones recorrían deliciosamente su tenso cuerpo.
Sorata besaba con lujuria sus pequeños senos, mordiéndolos con ligera vehemencia, sintiendo como los pezones femeninos se erizaban al contacto de su lengua y ni que decir de los traviesos dedos de su amante, que jugaban con ese botoncito fuente de placer, arrancándole tímidos pero profundos gemidos del gozo más puro.
El cuerpo de la sacerdotisa no pudo soportar la tremenda excitación que lo recorría, temblando irremediablemente entre los brazos del joven de Kouya.
La expresión de su rostro y las lágrimas que escapaban de sus lindos ojos eran la prueba de que un orgasmo había sido liberado en su cuerpo; un orgasmo, el primero y quizá por ello tan intenso y placentero para la joven, que entre suspiros y jadeos le pidió a Sorata que la penetrara... lo deseaba tanto, creía que la excitación y el cansancio terminarían por vencerla antes de poder consumar su unión.
* Por favor, Sorata... ya no puedo más... *
* ¿Estás segura?. *
Un simple y corto beso sobre sus labios fue la respuesta.
Por supuesto que estaba segura, no podía pensar en otra ocasión que no fuese ésta.
Mientras Arisugawa la sostenía por la espalda, Arashi cruzó sus piernas alrededor de la cintura del muchacho, que sin detenerse a pensarlo un solo segundo más, comenzó a penetrarla lentamente.
* Oh !, Sorata... *
La voz de Arashi era tan suave y cariñosa.
La sensación de ese pedazo de carne enterrándose en su intimidad, era una de esas sensaciones que no se pueden describir. Lo sentía deslizarse lento, aunque ansioso, mientras su vagina se amoldaba para recibirlo en su cálida humedad.
Con cada centímetro que entraba en ella, cada segundo que transcurría y él seguía penetrándola, Sorata se preguntaba si todo esto no era más que un simple sueño... gracias a Kami, no era así. Era placentero, era real.
El Dragón de cielo siguió ensartando su miembro, apretando los dientes intentando resistir el fuerte deseo de embestirla de golpe hasta llegar al fondo de la cavidad femenina; el placer era cruel y aunque quisiera satisfacerse a sí mismo, lo primero era ella, Arashi... hacerla gozar.
Sintió cierta dificultad para continuar avanzando por un túnel de placer...
"Su virginidad".
Pensó de inmediato. Sonrió al saber que sería el primero, sin mencionar que tenía la inexplicable sensación de que también sería el único, más con esta idea también vino el miedo.
* Arashi, tú y yo sabemos que esto será doloroso... *
* Ningún dolor se compara al de verte agonizar, Sorata... solo hazlo. *
La joven sacerdotisa se abrazó al musculoso cuerpo de su compañero; cerrando los ojos mientras tomaba aire para soportar lo que viniera.
De forma rápida y lo más cuidadoso que pudo, Arisugawa presionó su pene, esperando causarle el menor dolor posible. Arashi tuvo la sensación de que algo dentro de ella se rompió, era su inocencia que se iba...
No hubo sonido que delatara la dolorosa incomodidad que la invadiera, solo su expresión y las silenciosas lágrimas demostraron que no todo había sido placer para la sacerdotisa.
* Ya pasó, amor. *
Fueron las dulces palabras que su amante le susurró al oído.
Permanecieron unos momentos sin moverse y en absoluto silencio, esperando a que Kishu se acostumbrara a tener toda la hombría de Sorata enterrada en su cuerpo.
Hasta que el muchacho comenzó a moverse, primero lentamente, luego con ansia, rapidez y fuerza. El constante ir y venir de aquella espina varonil había logrado que la mujer gimiera intensamente, en tanto los labios del Dragón volvían a probar los pechos de su amada, mordiendo con ligera fuerza los duros pezones.
Fue cuestión de tiempo para que el amante dulce, cuidadoso y preocupado se convirtiera en uno fuerte y ansioso, que la penetraba sin compasión, embistiéndola como si fuese la última vez, y de hecho... así podría ser; sus destinos siempre penderían de un hilo.
Sorata se olvidó de todo y se entregó por completo a llevar a cabo su fantasía, su mayor deseo... hacer suya a su querida Arashi, quien solo sujetaba las sábanas y las retorcía, tratando de soportar las deliciosos embistes del muchacho, mientras su vagina aceptaba con placer aquella espina varonil que entraba y salía constantemente de su interior provocando que indescriptibles gemidos de gozo inundaran la habitación.
Se miraban a los ojos y se besaban a cada segundo; Sorata seguía penetrándola hasta lo más profundo de su ser y sus lenguas se entrelazaban con frenesí, ambos inducidos por la lujuria y el placer.
* Ah, Sorata !!... * _Pronunció entre gemidos._ * ... sigue, por favor, sigue. *
Cada estocada la hacia suspirar; la desesperación se volvió casi insoportable al sentir como una oleada de placer y excitación volvían nuevamente a invadir su cansado cuerpo.
* Oh !, Sorataaa !!... *
Un nuevo orgasmo recorrió la frágil figura femenina; el cuerpo de Kishu se tensó, arqueó la espalda con lo que el miembro de su amante se hundió un poco más en ella.
Cansada, se dejó caer sobre la cama, respirando agitada mientras Arisugawa seguía bombeando lento, como tratando de relajarla.
* Te amo tanto Sorata, tanto !!... *
Al escuchar a su amada, el señor del trueno la estrechó con todas sus fuerzas, besándola con desesperación mientras un amplia sonrisa de felicidad adornaba su rostro.
Arashi lo miraba embelesada, sus ojos violeta brillaban intensamente gracias al sentimiento que crecía en su pecho. Manteniendo aquella sonrisa, el Dragón del cielo continuó penetrándola con mayor fuerza y ansiedad.
La excitación se estaba volviendo insoportable.
Sintiendo como el miembro masculino seguía deslizándose dentro de su cuerpo en un vaivén casi desquiciado, y como los testículos del joven golpeaban su carne, la sacerdotisa solo pudo apretar los dientes y cerrar fuertemente los ojos... otro orgasmo la recorrió, la sensación era tan deliciosa como las anteriores. Las paredes de su vagina se contraían apretando el pene de su amante, brindándole un placer casi insoportable.
Sorata no pudo más, entró en ella un par de veces más y luego se detuvo en seco; con la mirada casi perdida y las pupilas contraídas, dejó que el semen retenido escapase de su duro miembro y se alojase en la vagina de la mujer, que con gusto lo recibió.
El Dragón había alcanzado el punto cumbre del placer, ese placer que nunca llegó a imaginar tan intenso y agotador. Salió del cuerpo de la sacerdotisa y se recostó a su lado; estaba tan cansado, ahora solo quería relajarse entre los brazos de aquella hermosa mujer... su mujer.
~*~
~*~
~*~
Se hallaba recostado sobre los suaves pechos de Arashi, descansaba tranquilamente después de haberse entregado por completo.
El silencio era lo único que podía escucharse en la oscura habitación; la quietud acompañaba los pensamientos de dos amantes preocupados por su futuro. Bien sabían que no era fácil escapar del destino y que si una vez lo hicieron, quizá no volverían a tener tanta suerte.
* ¿Crees que Kamui nos haya escuchado?. *
El joven de Kouya se atrevió a romper el silencio con una pregunta cuya respuesta sinceramente poco le interesaba, solo quería escuchar la fría voz de su compañera.
* Lo dudo. * _Le contestó mientras acariciaba sus rebeldes cabellos._ * No pasa mucho tiempo aquí, sabes?. *
Y de nuevo regresaron al tranquilo pero incómodo silencio.
Sorata quería hablar, pero temía el rumbo que fuese a tomar dicha conversación, estaba consciente de que la sacerdotisa no deseaba tocar el tema de su agonía, mucho menos de que las predicciones de su abuelo seguían latentes. Pero no podía evitarlo; si hablaba del futuro tenía que considerar un adiós... la muerte; si hablaban del pasado era inevitable recordar la pelea en que ambos casi mueren.
* Tuve... tanto miedo. *
Sorata se abrazó más fuerte al desnudo cuerpo de Arashi. Su sincera confesión no podía ser más cierta, en su agonía la terrible sensación del miedo lo invadió por completo.
¿Por sentir la muerte tan cerca?: ¡no!, un hombre como él, que siempre tuvo presente que moriría por una mujer, no sentiría miedo por una pequeñez como esa.
Su temor era el no volver a ver el hermoso rostro de Arashi; sentía que la vida se le iba y la batalla aun no terminaba... ¿quién la protegería?, ¿quién?.
Fue peor cuando despertó y la vio junto a él; creyó estar en el paraíso. Pero entonces nuevamente lo atacó el temor, en su mente cruzó la idea de que ella también había muerto... y se odió, porque creía que no la había protegido como tanto prometió.
El muchacho cerró fuertemente los ojos mientras hundía el rostro en el cuello de su amante, embriagándose con su delicioso aroma a mujer. Ella no dijo nada, ni siquiera lo miró; Sorata se limitó a suspirar con tristeza.
¿Por qué no le decía nada?, deseaba tanto saber como se sentía ella, pero la sacerdotisa permanecía tranquila, observando al techo con fijeza.
Resignado, el amo del trueno se disponía a ser vencido por Morfeo, pero el suave toque de las manos femeninas sobre su espalda le arrebató el sueño.
Arashi lo acariciaba con sutileza y tranquilidad, aunque su mirada seguía fija sobre el techo, parecía que su mente divagaba una y otra vez, totalmente perdida en sus recuerdos.
* Sorata. *
Y escuchó su dulce voz, tan tranquila, tan seria y fría, pero con un aire de felicidad.
Kishu quería decírselo, aquellas palabras que tenía bien grabadas en su mente y en su corazón. Decirle que estaba infinitamente agradecida, no por que sacrificó su vida por ella, no!, sino por que estaba aquí, vivo... eso, eso era lo que en verdad la hacía feliz... que el hombre al que amaba, estuviese con ella, el no haberla dejado sola, que por fin, al menos por un momento, por un solo instante pudiesen amarse.
Arashi le regaló a Sorata tres simples palabras que lo llenaron de felicidad.
* ...Gracias por vivir. *
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
He aquí mi primer hijo... jaja, bueno, es que me tardé exactamente nueve meses en terminar la historia ^^.
No quedé muy conforme con el final, pero mi inspiración se fue T-T.
Quizá se deba al hecho de que me basé en la película y hace poco pude ver la serie completa, lastima que los finales son totalmente distintos ToT.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 02 de Agosto de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Del padre y del hijo _C15_
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Silver x Anna x Hao
Sinopsis: Desde la muerte de su esposo, la mujer comenzó a odiar el parecido entre padre e hijo, pues la hacía creer que de cierta forma, él seguía allí con ella.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 15 ::.
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El moreno abandonó la cama, más se quedó largo rato admirando a la mujer que permanecía dormida, descansando de la apasionada noche que compartieron. Hao sonrió sutil, disfrutando de su perfecto presente.
Acarició los dorados cabellos de su compañera, para luego girarse, dispuesto a alistarse e ir a trabajar, más las suaves y pequeñas manos de la mujer sujetaron la suya, grande y tosca.
* No te vayas… quédate hoy conmigo. *
La voz de Kyouyama era suave, un bello murmullo que parecía tan lejano.
* Debo trabajar, hay asuntos importantes que no pueden esperar. *
Decía el muchacho, girándose para encontrarse con la imagen de una Anna con los ojos cerrados, como si durmiese. Quizás ella estaba medio dormida, medio despierta.
Una pequeña sonrisa iluminó el rostro de la mujer.
* Hazme el amor. *
Susurró ella mientras soltaba lentamente la mano del castaño.
Asakura se estremeció tremendamente al escuchar a la rubia, invitándolo a subir a la cama y tomarla nuevamente.
Hao sonrió complacido; tratándose de asuntos importantes, esa mujercita era de prioridad para él, algo que no podía esperar para después.
Así que el pelilargo se reunió con ella nuevamente en el lecho, estrechándola entre sus fuertes brazos, haciéndola suspirar con su toque. Pero Anna estaba tan cansada por la actividad de la noche anterior, que ni siquiera tenía fuerzas para abrir sus hermosos ojos. Estaba más dormida que despierta, ¿cómo pudo proponerle reavivar la llama?.
““Yo solo… quiero estar con él… dormir entre sus brazos.””
Pensaba la mujer mientras sus labios eran asaltados con tremenda pasión.
Para ella, este era un hechizo del que no se podía librar, y fue hasta que el moreno hundió un par de dedos en su suave vulva, que la rubia abrió completamente los ojos, sorprendida, sí... pero despertando de golpe y completamente.
* Buenos días, rubia mía. *
Eran obvias la burla y la diversión, incluso la satisfacción en las palabras de Asakura, pero a Kyouyama pareció no importarle la satisfacción que el muchacho experimentaba sometiéndola de aquella manera. De hecho, la misma Anna separó un poco más las piernas, permitiéndole al moreno jugar un poco más con ella, y a ella misma disfrutar de aquellas descaradas caricias, atrevidas, pero bienvenidas.
* Te quiero !. *
Le dijo ella, compartiendo un húmedo y apasionado beso en el que sus lenguas luchaban, rozándose una y otra vez.
Al separar sus labios, sus respiraciones se tornaron agitadas. Anna lo miró fijamente, encontrando toda la pasión y lujuria que bañaba los ojos del moreno. Por ella, era por ella y eso la hacía indescriptiblemente feliz. Lo que Kyouyama no pudo ver en aquellos oscuros ojos era la devoción que el hombre por ella tenía.
Incapaz de esperar más, Hao se acomodó entre las piernas de la rubia, rozando su ya duro y caliente pene con la línea vaginal de la mujer, quien gimió deseosa de sentir dentro suyo a ese hombre una vez más.
Pero al pelilargo le pareció mucho más entretenido e importante el besar los pechos de la mujer, jugando travieso y lujurioso con los pequeños y sonrosados pezones; succionando y mordiendo suave y cariñoso de vez en cuando.
* Hazlo!. *
* ¿Cuál es la prisa?. *
* Te necesito !!. *
El moreno sonrió. Simplemente las palabras de su compañera lo hicieron temblar de emoción. Entonces, conmovido, buscó los labios de su mujer, besándolos lento pero profundo, fuerte, casi con necesidad.
Y mientras ese apasionado beso tenía lugar, sin romperlo en ningún momento, Hao empujó las caderas y presionó su miembro contra la vagina de la rubia, clavándose en ella lenta y deliciosamente.
* Te amo!… * _Le decía Asakura, empujando poco a poco dentro de ella._ * Te amo!!. *
El pelilargo cerró los ojos, dejando escapar un ronco gemido al sentirse totalmente clavado en la intimidad de la hermosa mujer. Y a pesar del insoportable escozor en sus sexos, ese que los incitaba a agitar las caderas e iniciar el tan necesitado vaivén para sentir el sexo del otro, los amantes permanecieron quietos, respirando agitados, mirándose mutuamente como tratando de memorizar este momento.
* ¡Yo también te amo!. *
Y tras la confesión de la rubia, el corazón de Hao latió con locura. Entonces no pudo más y comenzó a moverse, entrando y saliendo del cálido y húmedo sexo de la mujer.
Anna gemía y jadeaba descontrolada, extasiada con las fuertes sensaciones que el excitante cuerpo del Asakura en ella provocaba.
* Te amo, te amo!. *
Le decía el moreno, una y otra vez, mientras la embestía fuerte y rápidamente, deleitándose con el delicado y estimulante roce entre sus sexos.
Era tan intensa la escena que se sucedía frente a los ojos del castaño, pues Kyouyama se retorcía de placer bajo su cuerpo, alzando las caderas cada vez que el pene del muchacho parecía alejarse. La mujer se arqueaba completamente, llena de gozo. . . llena de Hao.
Ella se preguntaba: ¿cómo es que un hombre podía prodigarle tanto placer?. Silver nunca pudo satisfacerla de esta manera.
““Echémosle la culpa a la edad.””
Pensaba la chica, más pronto olvidó todo aquello que no fuese Hao y toda su hombría clavada en ella.
Un delicioso cosquilleo nació en el vientre de Anna, haciendo estremecer a todo su cuerpo en cuestión de segundos.
* Ha, Ha… Haooo !!… *
Anna se arqueó gritando el nombre de su amado mientras su vagina se contraía con fuerza, aprisionando dentro suyo al miembro viril del moreno, volviéndolo loco de placer. Hao poco pudo soportar la fuerte caricia que su Anna le regalaba y terminó por vaciar su semen en la intimidad de la joven, colapsándose sobre ella, cansado, satisfecho. . . feliz.
La pareja permaneció en silencio por largo rato, acariciándose mutuamente; Hao aun clavado en ella.
* ¿No dijiste que debías atender asuntos importantes que no podían esperar?. *
La voz de Kyouyama sonó traviesa, haciendo referencia al pobre pretexto que el moreno tuvo para no estar con ella.
* Tú eres… lo más importante en este mundo para mí. Jamás te haría esperar. *
Era natural que Anna se sonrojara ante las palabras del joven de largos cabellos, pues esta era la primera vez que le decía cosas así.
* Baka !. *
Anna cerró los ojos, sintiendo como su amante abandonaba su cuerpo, para luego recostarse a su lado y cerrar los ojos, dispuesto a dormir un poco más. Definitivamente hoy no saldría de casa.
Aferró a Kyouyama entre sus brazos, más ella permaneció largo rato admirando el techo de la habitación; una sonrisa adornando su linda cara.
Era feliz. . . inmensamente feliz. No sabía a quién debía agradecerle por ello, simplemente estaba agradecida por amar y ser amada. . . una vez más.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
A pesar de ser lemon, siento que este capítulo fue prácticamente de relleno. Bueno, de cualquier forma es como la calma antes de la tempestad.
Era bueno darle un poco de paz a estos dos, no?, especialmente a Anna, ya que los capítulos anteriores fue puro sufrir y aun le falta sufrir un poco más en los que vienen ¬¬’ .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai y es material de Paradise.
Totalizado el 23 de Febrero de 2009.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 16 ||
Gracias por vivir _C1_
Anime: X-1999
Rating: M
Pareja: Sorata & Arashi
Sinopsis: Arashi quería decirle aquellas palabras que tenía bien grabadas en su mente y en su corazón; que estaba agradecida con él, por estar aquí, vivo... es lo que en verdad la hacía feliz.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 1 ::.
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La sensación de vacío e inexistencia se estaba desvaneciendo paulatinamente; ella se negaba a dejar esa sensación, después de todo había dormido placenteramente.
Dormir, dormir...
* No lo creo... ¡ me quedé dormida !. *
Lo último fue apenas un murmullo perezoso.
La joven recuperó la compostura en tiempo record; temerosa de que alguien se hubiese percatado de su descuido. Apenas y miró el reloj; solo fue una hora la que permitió que el cansancio la venciera, y se sintió aliviada por ello.
Tuvieron que pasar unos cuantos segundos para que se diera cuenta de que la mano derecha de Sorata seguía siendo suavemente oprimida por las suyas.
Así que, terminando por liberar la mano del dragón, Arashi sonrió muy ligeramente.
Él seguía durmiendo. Ya llevaba varios días así, pero no despertaba, y eso era algo que comenzaba a impacientarla.
Acercó su rostro al del chico, pocos eran los centímetros que los distanciaban.
Kishu pensó temerosa en la posibilidad de que en poco tiempo por fin lo viese abrir sus brillantes ojos... ¿qué haría?, ¿qué le diría?... ¿cómo demonios debía reaccionar?.
* Algo he de hacer, después de todo, sigo con vida... gracias a él. *
Apretando fuertemente su puño derecho, no supo si aquellas palabras fueron de agradecimiento o de reproche. Y es que se lo dijo, se lo exigió tantas veces...
* ¡ Que no lo hiciera !; no tenía por qué. Y aun así este necio... *
La protegió de Fuma.
Se arriesgó y ella estaba tan segura de que había muerto que solo pudo llorar por él mientras acariciaba y sostenía la mano derecha de este tonto...
* Y a fin de cuentas me atacaron. *
Después de eso ya no supo más.
Cayó en un profundo sueño y para cuando despertó, se encontraba en este hospital, con heridas mucho menos delicadas que las de su compañero... su protector.
* Y mírate ahora Sorata-san. *
Se sentía culpable. De sobra sabía que lo era.
Quizá por ello se atrevió a acariciar la mejilla del dragón, quizá por ello lo miraba tiernamente pero con un aire de tristeza, quizá por ello se atrevió a acercarse todavía más a él y regalarle un tranquilo y suave beso en la frente.
* Sorata no baka. *
Después de aquella extraña demostración de cariño, Arashi se puso de pie, dispuesta a salir un rato y comer algo.
Pero justo cuando tocó la perilla de la puerta, algo, o mejor dicho alguien, la detuvo...
* ¡¡ A-Arashi !!. *
La quebradiza voz del joven se dejaba escuchar después de tres largos días. Logrando así que la sacerdotisa girase ciento ochenta grados para verlo.
El pobre joven apenas estaba abriendo los ojos, haciendo algunos gestos que demostraban cuan doloroso y molesto le resultaba hacer esto.
Y ella, invadida de alegría, aun sin demostrarlo, se apresuró donde yacía su mal herido protector. El estrechar, de nuevo, su mano pareció tranquilizar al chico.
Las primeras imágenes eran borrosas, cosa que fue mejorando al cabo de unos cuantos segundos; entonces la contempló... hermosa, seria, aunque con un brillo de alegría en sus bellos ojos, pero sobre todo... viva !!.
* A-Arashi, yo... *
* Por favor, guarda silencio. *
La joven sacerdotisa interrumpió a su confundido amigo mientras le acariciaba suavemente su rebelde cabello. La mirada de Kishu se había vuelto suave y Arisugawa se preguntaba si continuaba soñando.
Tuvo tantos sueños y pesadillas durante tanto tiempo que ya no sabía que era real y que no.
* Debo avisarle de tu estado a Kamui... no tardo. *
La joven se disponía a salir de la habitación, pero el dragón y una de sus débiles manos parecían negarse a ello.
Arashi lo miró un momento; tenia infinitos deseos de abrazarle agradecida y feliz... pero también de gritarle y darle una paliza por la estupidez de protegerla.
Sin embargo, solo se acercó un poco al muchacho, lo suficiente como para besar tranquilamente una de sus mejillas.
* De verdad... no voy a tardar. *
Sorata solo pudo mirar atónito como la bella chica abandonaba la habitación. Estaba sorprendido, ese "detalle" no era algo que se esperara por parte de su amiga.
Dejó que su cuerpo descansara tranquilo mientras su mente vagaba en los recuerdos de la batalla final... La vio llorar.
Justo antes de lo que creyó fue su muerte.
El dragón apretó fuertemente los puños... se prometió nunca hacer llorar a una mujer, pero no pudo lograrlo.
* ¿Cómo pude permitirlo?. *
Aquello sería algo que difícilmente se llegaría a perdonar. No obstante, poco tiempo tuvo para profundizar en ello...
La puerta de la habitación se abrió, dejándole ver de nuevo a la hermosa chica, esta vez acompañada del dragón más poderoso... Kamui.
~*~
~*~
~*~
* Así que... solo quedamos nosotros tres. *
Ninguno de sus amigos le respondió.
Pero el silencio de estos tan sólo confirmaba sus palabras.
* Y la princesa Hinoto??. *
Kamui, aun con los ojos cerrados e incapaz de enfrentar a su amigo, afirmó ligeramente con la cabeza. Lo mismo pasó cuando el señor del trueno preguntó por los dragones de tierra.
* Ahh, supongo que... así debió ser. *
A Shirou simplemente no le convencieron las palabras de Arisugawa, no obstante prefirió guardar silencio. No tenía caso discutir del "por qué" estaban con vida.
Justo en ese momento tocaron la puerta, poco después entró uno de los doctores quien al saber que el paciente de la habitación 184 había recuperado la conciencia, vino de inmediato a verlo.
Después de varios minutos, y de algunas pruebas, el medico le permitió a Sorata abandonar el hospital en un par de días. Aunque el doctor simplemente no se podía explicar como es que un muchacho que días atrás hubo llegado moribundo, hoy estuviese en casi perfectas condiciones.
El hombre vestido con bata blanca siguió dando instrucciones de las cosas que el chico debía evitar hacer o comer durante los siguientes días.
Arashi observaba de lejos; escuchar que el joven Arisugawa ya estaba completamente bien la había tranquilizado enormemente, tanto que sonrió ligeramente sin apartar los ojos de aquel apuesto chico.
Cerró los ojos y suspiró.
Sin avisarle a los demás, abandonó sigilosamente la habitación, aun sin apartar la mirada del amo del trueno.
Con cuidado fue cerrando la puerta de la habitación, mientras susurraba esas palabras de las que cada vez se sentía más segura...
* Gracias por vivir... Sorata. *
Sin finalizar.
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El fiction está basado en "X: the movie", y claro... se supone que Kamui fue el único sobreviviente, así que esto altera todo, pero... ¿qué fic no lo hace?.
El próximo capítulo es el que contiene lemon, pero también es el final.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 02 de Agosto de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 2 ||
Del padre y del hijo _C2_
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Silver x Anna x Hao
Sinopsis: Desde la muerte de su esposo, la mujer comenzó a odiar el parecido entre padre e hijo, pues la hacía creer que de cierta forma, él seguía allí con ella.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 2 ::.
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La rubia gimió sonoramente al ser penetrada por su esposo. Esto era. . . tan maravilloso.
Kyouyama aun podía recordar su primera vez con este hombre, la primera en verdad para ella. Anna tembló entre aquellos fuertes y grandes brazos, y a pesar de las cuatro décadas del caballero, este la hizo gozar tan intensa y cabalmente, que la mujer terminó deseosa por más de aquellas sensaciones que Silver en ella despertó.
Así que eran verdaderamente frecuentes los encuentros sexuales de esos dos. Tan frecuentes debido al poco tiempo que llevaban de casados.
En su habitación, la estancia e incluso el mismísimo comedor; el unir sus cuerpos era algo extremadamente necesario y por ello, ahora mismo es que Anna agitaba las caderas de un modo casi demencial.
Tanto ella como su esposo atribuían su fuerte entusiasmo al sexo a su juventud. Ah, los dieciocho años es sin duda la época más insaciable de una mujer, pero lo cierto es que, sin saberlo, la rubia no hacía sino responder a su naturaleza erótica, netamente sexual. Ella era más apasionada de lo que se imaginaba y ya se hallaba subiendo y bajando las caderas, casi brincando sobre el pene de su apuesto esposo, quien se mordió el labio inferior.
Kami !, era tan difícil complacer en la cama a esta linda mujer. Para él era una proeza resistir tanto placer y aguardar a que su Anna alcanzara el orgasmo.
Lo que Silver menos quería era dejar insatisfecha sexualmente a su mujer, pero para su mala suerte ella era insaciable y apenas lograba el clímax, estaba lista para más.
* Silver !. . . *
La expresión del pelilargo era por demás seria. Oh, Kami, esta mujercita iba a costarle la vida, y sin embrago la amaba. . . perdidamente.
Anna se perdía bajo el musculoso y hasta tosco cuerpo del Asakura, quien se deleitaba con la hermosa visión de su esposa desnuda. Pequeña y frágil, blanca.
Sus grandes manos se deslizaron por las sutiles curvas de la rubia, quemándola y haciéndola suspirar.
Recostada en la cama, Anna estaba a merced de las caricias de su esposo, jadeando deseosa al sentir esos labios expertos sobre su pálida piel, tatuando besos y marcándola como propiedad de Silver Asakura.
La chica creía que esto no era más que un simple juego previo a un derroche de pasión, más se desesperó al sentir los labios de Silver sobre su vulva, remarcando la fina línea vaginal con la lengua. Anna gimió poco antes de reclamarle a su esposo por esta deliciosa tortura.
¿Qué si lo disfrutaba?, sí, ¡y de qué manera!, pero la rubia necesitaba fundirse con ese hombre, ser penetrada por él y sentirlo lo más profundo posible, porque a pesar de la forma en que su relación avanzó, Kyouyama descubrió que finalmente se había enamorado de ese hombre, más de veinte años mayor que ella.
Ella adoraba su esculpido cuerpo, su experiencia, su forma de ser e irónicamente su seriedad y madurez. Ella lo quería tal cual era, no importaba lo que los demás dijeran, Anna era feliz.
La lengua del moreno se había colado dentro de la suave piel intima de la rubia, haciéndola jadear profundamente y retorcerse intranquila sobre el lecho. ¡Dios!, esto era insoportablemente placentero.
La chica podía sentir el entrar y salir de esa traviesa lengua, así como sus movimientos irregulares, apenas en la entrada de su vagina, pero brindándole un gozo sencillamente sofocante.
* Ma-matte, Silver, yo. . . no puedo más. . . *
La rubia se arqueó, recibiendo el orgasmo que solo la lengua de un hombre, con la experiencia de Silver, podía darle.
Anna mantenía los ojos cerrados mientras su pecho subía y bajaba a causa del esfuerzo físico. Su mente estaba en blanco, quizá por ello no se percató de que su esposo la tomó por las caderas, acomodándola de tal manera que solo la parte superior de su espalda tocaba la cama.
* ¿Q-qué haces?. *
La voz de la rubia sonó entrecortada, aun aturdida por el reciente clímax.
Sus mejillas se tornaron rojas al sentir el pene del moreno, frotándose contra el exterior de su vulva. Por su posición, Anna a duras penas podía ver las travesuras de su esposo, pero contuvo el aliento cuando sintió la punta del miembro masculino entrar en ella.
Ella cerró los ojos y gimió casi dulcemente conforme el caliente pedazo de carne se deslizaba dentro suyo.
Los amantes suspiraron al sentir que el pene de Silver no podía avanzar más, luego entonces, comenzaron con el frenético mecer de caderas.
Asakura apretó los dientes. Dios !!, esa mujer era muy estrecha y eso le encantaba, lo volvía loco, pues la sentía tan deliciosa.
Para Anna era igual, la virilidad de su marido en verdad era grande y dura, muy dura. Y ambos no podían más que pensar en lo delicioso y exquisito que era el roce entre sus sexos.
Los gemidos de Kyouyama se volvieron gritos, anunciando que el gozo en ella se estaba desbordando, intensas pulsaciones apretaron fuertemente el miembro del pelilargo, quien poco pudo resistir tal delicia y terminó viniéndose en la mojada vagina de la rubia.
Calor, mucho calor, quizás por ser primavera, suspiros y el sonido de un par de agitadas respiraciones, fue lo que quedó de tan intensa entrega.
Con ojos entrecerrados, Anna se acurrucó sobre el musculoso pecho de Silver. Ella estaba. . . tan cansada, solo, solo quería dormir. Y si había algo que Anna disfrutaba más que el sexo o los besos de su esposo, eso era dormir entre los brazos de este, pues se sentía protegida, pero más que nada, amada, y quizás ya era hora de volver a expresar ese sentimiento.
* Ai shiteru. *
Ese murmullo llenó de felicidad al moreno, aunque no pudo expresarle esto a su joven esposa, pues ella ya estaba profundamente dormida.
Sin finalizar.
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Más de veinte años.
Es la diferencia de edades, en el fic, entre Silver y Anna. No pretendía que fuese tanta, pero se tornó necesaria para la existencia de otro personaje ¬¬’.
Mi primer opción para el papel del hombre maduro, era Mikihisa, pero. . . no me lo imaginé con Anna. Y de pronto recordé a Silver, y pensé: ¡perfecto!.
No me gustan, bueno, digamos que no me emocionan las relaciones entre un hombre (tan mayor ¬¬’) y una mujer más joven, pero de pronto se me vino la idea a la mente y me gustó como quedó en general, especialmente este capítulo.
Y más si me imagino a Silver como lo muestran en el anime ^0^ .
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai y es material de Paradise.
Totalizado el 23 de Febrero de 2009.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 3 ||
Silenciosa promesa
Series: Dragon Ball GT
Rating: M
Pareja: Goten & Pares
Sinopsis: La recostó suavemente, cubriéndola con su cuerpo y luego poco a poco presionó... Era una deliciosa tortura, aunque para él todo sucedía en cámara lenta.
Advertencia: Lemon.
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Por: Maeda Ai.
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La hermosa chica tembló entre el beso al sentir como las manos masculinas recorrían su delicada piel, y se le escapó un suspiro cuando una de las manos del muchacho se posaba sobre el seno izquierdo, palpando, amasando con tranquila adoración.
Casi inmediatamente el otro pecho fue cubierto por la mano libre del joven de negros cabellos.
* ¡ Ah, se- señor Goten !. *
Pares rompió el beso para suspirar el nombre de su compañero.
Tenía miedo; no tenía ni idea de que estaba haciendo, pero le gustaba, y le gustaba por el simple hecho de que era el guerrero quien le proporcionaba todas esas sensaciones nuevas y placenteras.
Ya sin ropa alguna que los separase, los jóvenes amantes dieron rienda suelta a su amor.
Las manos del sayan viajaron hasta la vagina de su compañera, explorando; hundiéndose suavemente en su sexo y brindando placer. La chica gemía dulcemente, aferrada al musculoso cuerpo de su novio, frotando su frágil y sensual cuerpo contra la silueta masculina.
* Pares !!... ¡ me encantas !. *
*Señor Goten, qué?... ¿qué es esto que siento?, ¿por qué no puedo detenerme?, no entiendo... ¡¿por qué me gusta tanto?!.*
* Oh, Pares, eres tan inocente... ¡ y te amo !. *
La jovencita se sonrojó. Amor, eso sí lo entendía; era lo mismo que sentía por ese hombre.
Goten la recostó suavemente, cubriéndola con su cuerpo y luego poco a poco presionó su pene, duro a más no poder, en la cálida, suave y húmeda vagina de su novia, clavándose en ella con total paciencia y con toda la suavidad que podía, aun reprimiéndose.
Se mordió el labio inferior hasta sangrar, pues el placer era tanto que se estaba volviendo loco; era una tortura no poder hacerla suya con toda la fuerza y pasión que por ella tenía.
Pasado un rato, Pares chocó sus caderas al encuentro de las del sayan, buscando más de aquella fricción que tanto placer le provocaba. Se movía tan suave, tan sensual, pero aun así ella seguía siendo frágil y él no quería lastimarla, así que la dejó complacerse, siendo la mujer quien se moviera a su ritmo y fuerza, provocando la fricción entre ambos sexos y la penetración, primero tranquila, luego rápida y desesperada, al menos para ella. Porque Goten sentía que todo sucedía en cámara lenta, pero no por ello dejaba de ser delicioso.
La chica se retorció llena de gozo bajo el poderoso cuerpo de su novio y soltó un delicado gemido cuando el placer se desbordó en un orgasmo que la hizo aferrarse a él con toda su frágil fuerza al tiempo en que su intimidad aferraba la virilidad del guerrero, torturándolo y enloqueciéndolo en verdad al regalarle la caricia más íntima y secreta que pudiesen compartir.
Goten llegó al éxtasis y se corrió en el interior de su novia, llenándola de semen.
Aun clavado en ella, el joven la abrazó con suavidad; ambos respirando agitados.
* Oh, Pares !!... eres hermosa !... ¡ y maravillosa !. *
* Go-Goten !. *
Los ojos de ambos jóvenes brillaban intensamente ante las emociones y los sentimientos que no se atrevieron a externar con palabras.
Se sonrieron de forma cómplice y Pares acarició el rostro de su compañero; prometiéndose, en silencio, una segunda vez. ¡ No !... muchas más.
Totalizado.
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Me gusta esta pareja. Creo que Pares es un personaje muy original y la más bonita de todas las chicas de DB (gomen Bulma).
Ella es muy inocente (no sé qué le pasó a Goten, él también lo era ¬¬').
Total que la evolución de ese romance me gustó y no podía quedarme sin hacer un fic de ellos.
Como dato curioso, Goten es el único personaje de DB que aparece en más de uno de mis fics.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 20 de Diciembre de 2010.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Del padre y del hijo _C4_
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Silver x Anna x Hao
Sinopsis: Desde la muerte de su esposo, la mujer comenzó a odiar el parecido entre padre e hijo, pues la hacía creer que de cierta forma, él seguía allí con ella.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 4 ::.
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El moreno no fue capaz de ocultar su sorpresa. ¿Era ella la nueva esposa de su padre?. ¡Imposible!, esta mujer debía ser al menos veinte años menor.
La rubia no era más que una joven y Silver un viejo pervertido que gozaba de ella noche a noche.
““Seguro debió comprarla.””
Hao no podía pensar en otra razón para que Kyouyama se casara con un hombre que le doblaba la edad.
Hace dos años que su padre se casó, el castaño ya había escuchado que Anna era una mujer joven, pero no pudo o no quiso creerlo hasta ahora, que el coraje se había desvanecido un poco y decidió visitarlo y de paso conocer a su nueva esposa. Más ahora había un nuevo motivo de enojo.
““Esta chica es bellísima, no debería estar con el viejo.””
Asakura no pudo evitar doblar la boca ante el último pensamiento. Genial, ahora estaba celoso de su padre.
El moreno dio un largo suspiro para luego dejarse caer sobre la cama.
Con la cabeza recargada en sus brazos, el chico se pasó un buen rato admirando el interesantísimo techo de la recamara de huéspedes. Estaba seguro de que esa noche no podría dormir.
* No cuando esos dos están teniendo sexo a unas cuantas habitaciones lejos de ésta. *
Susurró para sí el pelilargo.
¡Maldición!, ya de por si fue difícil tolerar el infierno en el que lo tuvieron sus padres a causa de sus constantes peleas; el divorcio de estos tampoco fue el paraíso, ahora tenía que lidiar con la idea de que tenía una madrastra diez años menor que él y que encima se le antojaba tirársela un par de veces.
Hao volvió a suspirar, como reprendiéndose a sí mismo por pensar en esas locuras.
Peor fue para él escuchar un sonido inusual en esa casa, ese que venía de la habitación de su padre.
Curiosidad mal sana, sí, eso fue lo que llevó a Hao hasta la habitación que Silver compartía con la rubia, para escuchar, para espiar. El moreno nunca fue un voyeur. . . hasta ahora. . .
La puerta estaba entreabierta y fue tan fácil ser testigo de lo que la pareja hacía en ese instante.
Los ojos del Asakura se destiñeron, ante él, la increíble imagen de una Anna desnuda, disfrutando de las caricias de su esposo.
Hao tragó saliva. Al borde de la cama, la mujer estaba sentada en las caderas de su marido, de espaldas a este por lo que Hao podía admirar perfectamente el hermoso cuerpo de Anna, belleza que se veía interrumpida a causa de las toscas manos de Silver, que estaban ocupadas acariciándole las piernas a su esposa, dándole a su hijo, sin saberlo, la libertad de admirar el cuerpo de la joven de ojos negros.
Esa silueta femenina era en verdad muy esbelta, frágil, muy frágil. Al parecer esa era la moda entre las mujeres, parecía que en cualquier momento se rompería por la fuerza del Asakura.
Ese cuerpo entallado por una piel extremadamente pálida. Hao quería comprobar si esa piel era tan suave como se veía.
Los pechos eran pequeños, aunque acentuaban perfectamente las proporciones de esa joven; sus largos cabellos de oro se adherían, húmedos, al cuerpo de la mujer, como tratando de disimular su desnudez.
Y si el moreno miraba un poco más abajo, justo en la intimidad de la joven. . . bueno. . .
Para su buena o mala suerte, ni él sabría decirlo, Silver buscó la pequeña boca de su esposa, saboreándola en un beso por demás pervertido, penetrando con su lengua en esa dulce boquita.
Hao apretó los dientes, mitad furioso, mitad excitado; la escena era tremenda como para resistirla, pues sin romper el beso, Silver ya se dedicaba a estrujar los senos de Kyouyama, jugando con ellos, pellizcando un par de veces los sonrosados y duros pezones.
““¡Maldito viejo!.””
El pelilargo no podía evitar el sentimiento de la envidia.
Esa chica era un droga que a él se le antojaba probar. E irónicamente, como si estuviese bajo la influencia de un narcótico, Hao se desconectó de la realidad, perdiéndose en la fantasía, pues el hombre que veía junto a la mujer, no era otro más que él mismo.
Asakura se mordió el labio al ver como los dedos masculinos se perdían dentro de la suave y mojada vulva de la rubia, entrando y saliendo rítmicamente y arrancando de esa boquita rosa, sonoros gemidos de placer.
* Silver, ohh. . . Silver. . . *
Solo las palabras de Anna parecieron despertar al muchacho; no fue mejor ver como la rubia besaba con ternura la mejilla de su esposo.
Hao torció la boca, disgustado, en especial por el bulto que se formó bajo sus pantalones.
Genial, ahora si era todo un pervertido. ¿A qué hombre, no un adolescente, un hombre, se le pone duro el pene al ver a una chica sosteniendo relaciones con otro hombre?.
La idea asqueó al moreno, pero igual mantenía los ojos clavados en la pareja. Abrió los labios, más reprimió cualquier sonido de sorpresa o placer. La misma Anna se había acomodado sobre Silver para ser lentamente penetrada por el grande, duro y ancho pene.
* Oh, santo dios. . . adoro esto. . . *
Fueron las sinceras palabras de una Anna que se arqueaba al ser ensartada completamente por la virilidad de su esposo.
La mujer no tardó mucho en subir y bajar sobre aquel pedazo de carne, dejando de reprimir sus gemidos, pues necesitaba sacar todo el gozo contenido en ella.
La rubia gozaba cabalgando a su hombre, sin saber que era objeto de deseo por otro más, con sus movimientos sensuales y provocadores. Pero ella no lo sabía y de cualquier forma no podía evitarlo, pues las embestidas de ese hombre, fuertes y profundas, la llevaron a un lugar donde nada importaba, solo él, su amado esposo.
La excitación de Kyouyama era tal, que su sensibilidad estaba en el límite. Tras gritar el nombre de su esposo, su linda figura fue poseída por un éxtasis devastador que la dejó agotada, totalmente recargada sobre el pecho de su amante y con agitada respiración, su vagina se contraía exquisitamente fuerte, apretando con desesperación el miembro de Silver, quien terminó agradeciendo la caricia, eyaculando dentro de su mujer.
Mantuvieron la unión por unos momentos hasta que el pene de Asakura perdió fuerza.
* Me daré una ducha. *
Con estas simples palabras, el pelilargo abandonó a su esposa, sentada en el amplia cama, con una expresión de clara tristeza, quizá decepción y hasta resignación.
Anna bien sabía que su esposo no podría darle más por esa noche, lo peor es que el fuego en ella aun no era apaciguado en su totalidad. Ella aun tenía la necesidad de un pene entre sus piernas.
Kyouyama se moría de ganas por reunirse con su esposo en la ducha, pero ya estaba cansada de discusiones acerca del desempeño de ambos en la cama.
* Silver. . . te amo. . . *
Susurró para sí la chica, al tiempo en que sus manos se deslizaban hasta su vagina y se acariciaba con fuerza. Si ella hubiese sabido que tenía público, se hubiese escandalizado, pues no importaba cuan ardiente fuese ella en la cama, Anna solo había estado con un hombre en su vida, solo Silver la había visto con su atuendo al natural.
Así que, sin saberse vigilada, la chica se masturbó hasta alcanzar un orgasmo por demás frustrante, pues ella quería hacer el amor con su esposo.
Como sea, expuso su mojado sexo a Hao sin saberlo, enloqueciendo al muchacho, quien igual o más frustrado que ella, apretó puños y dientes, soportando la tremenda excitación.
El moreno terminó volviendo a su habitación, con la única idea de jalársela un rato en honor a la bellísima mujer de su padre.
Una mujer prohibida, inalcanzable y altamente adictiva. Todo aquello era Anna Kyouyama para él, y eso que lo único que había hecho hasta ahora. . . fue mirarla.
Sin finalizar.
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Wow. . . estaba inspirada ^¬^ .
Podría decirse que en este capítulo se plasma la idea principal, bueno, la idea que de pronto me llegó a la mente y me impulsó a escribir este fanfic.
En el fic, Silver tiene poco más de cuarenta años, al recién casarse con Anna, cincuenta antes de morir. Total que ya no está tan jovencito como quisiéramos, pero no pudo dejar de imaginármelo tan bueno como en el anime, quizás solo una o dos arrugas. . . y ya ¬¬’ .
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai y es material de Paradise.
Totalizado el 23 de Febrero de 2009.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 5 ||